Page 20 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
P. 20

La penúltima verdad                           Philip K. Dick   20


              ‐No  sé  si  sabías ‐le  dijo  Carol‐  que  en  la  superficie

           disponen  de  artiforgs...  o  sea  páncreas  artificiales.


           Supongo que habrás sopesado esa posibilidad teniendo

           en cuenta tu cargo oficial.

              Nicholas repuso:


              ‐Pero va contra la ley. Sólo se destinan a los hospitales

           militares.  Tienen  prioridad  según  la  categoría  2‐A.

           Nosotros no tenemos derecho a ellos.


              ‐Se dice que eso tiene remedio...

              ‐Y que luego te pesquen.

              Para ser sometido, no había duda de ello, a un juicio


           sumarísimo ante un tribunal militar y luego ejecutado. Lo

           mismo  se  hacía  con  los  que  traficaban  en  el  mercado


           negro. Y en términos generales, con todos los que eran

           sorprendidos en la superficie.

              ‐¿Tienes miedo de ir allá arriba? ‐le preguntó Carol, con


           la  mirada  alerta  y  brillante  que  parecía  atravesarle  el

           alma.


              ‐Sí ‐respondió él, bajando la cabeza; y así era en efecto.

           Podía escoger entre vivir quince días antes de morir por

           destrucción del centro productor de hematíes, situado en


           la médula espinal, o bien vivir tan sólo una semana, antes

           de fallecer víctima del mal de la bolsa, del encogimiento

           hediondo  o  de  la  garra  desnuda.  La  verdad  es  que  se


           sentía hipocondríaco; meses atrás ya tuvo que luchar con

           el trauma creado por el temor a aquellas enfermedades...

           como prácticamente les ocurría a todos los habitantes del




                                                                                                              20
   15   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25