Page 50 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
P. 50
La penúltima verdad Philip K. Dick 50
‐Pues consiste ‐dijo Flanders, casi tartamudeando por
efecto de su nerviosismo‐ en que andan escasos de
comida y buscan un pretexto para ir suprimiendo
tanques, ahora éste y después aquél; no sabemos cuántos
quieren eliminar, obligando a sus ocupantes a subir a la
superficie para que mueran... tal vez muchos, o sólo unos
pocos... eso depende de lo grave que esté la situación
alimenticia allá arriba.
‐Así, ya ve usted ‐dijo Haller en tono suplicante a
Nicholas, y alzando la voz (uno que estaba a su lado le
dio un codazo y él inmediatamente se puso a hablar en
susurros)‐, que ellos necesitan un pretexto. Y lo tendrán
cuando nosotros no consigamos servirles el cupo
mensual de robots. Y anoche, después de la película sobre
la destrucción de Detroit, cuando Yancy anunció que
debíamos incrementar la producción... nosotros
comprendimos la jugada: todos los tanques que no
puedan cumplir las nuevas cuotas de producción serán
clausurados. Eso es lo que nos ocurrirá a nosotros. Y allá
arriba... ‐apuntó con el índice al techo‐ moriremos todos
como ratas.
Rita, sin dejar de mirarse en el espejo, intervino con voz
áspera para decir:
‐Pero no os importa que Nicholas muera subiendo a la
superficie en busca del artiforg ese.
Haller giró sobre sus talones y se volvió hacia ella para
replicarle:
50

