Page 81 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 81
Gobierno de Estes Park sobre el hallazgo de las preciosas
reliquias.
Lo cual convertiría a Runcible en un delincuente.
Porque habría contravenido la ley aplicada una y otra vez
cuando los robots empleados por los hombres de Yance
en sus propiedades particulares emprendían
excavaciones en busca de reliquias de preguerra con valor
artístico o tecnológico. Todo cuanto encontraban los
robots pertenecía a sus dueños, salvo cuando se tratase de
descubrimientos de primera magnitud arqueológica. Y
tal salvedad haría incurrir en delito a Runcible.
Y la llegada de una especie extraterrestre a la Tierra
seiscientos años atrás para librar un encarnizado combate
con un grupo de guerreros indios y emprender luego la
retirada, dejando unos cuantos muertos en el campo...
aquello representaría un caso nolo contendere para
Runcible ante el Consejo de Reconstrucción en Ciudad de
México; ni los mejores abogados de la Tierra podrían
salvarle.
Porque Runcible no sólo perdería sus tierras, sino que le
caería una condena de cárcel de cuarenta a cincuenta
años, según la fuerza de los argumentos esgrimidos ante
el Consejo por el fiscal al servicio del Gobierno de Estes
Park. Y el Decreto sobre Reliquias Preciosas ‐tal era el
nombre de la ley‐ había sido aplicado varias veces a
diversos hombres de Yance, en casos de descubrimientos
de importancia que se quiso ocultar y que luego alguien
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