Page 124 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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les otorga son dones sagrados. Creen que, ya que el
virus no afecta a otras especies, estas no están
destinadas a poseer tales habilidades. No les importa
hacer el trabajo para nosotros, pero no van a
compartir su comprensión, ni siquiera con un
programa.
—Interesante —dijo Rosemary. «Extraño», pensó—.
Vale, entonces, a pesar del tipo de perforación que
vayas a llevar a cabo, ¿no es posible que salgas no solo
en otro lugar, sino en otro tiempo?
—Desde luego —respondió Kizzy—. Por eso tenemos
que hacerlo absolutamente lo mejor posible para no
mandarlo todo a la mierda. ¡Ah, eso me recuerda una
cosa! —Bajó de un salto del taburete y corrió hacia la
vox de la cocina—. Lovey, ¿puedes llamar a Jenks, por
favor?
Hubo una pausa. La vox chascó al cobrar vida.
—¿Mmmqué? —preguntó Jenks al otro lado.
—Ven a por tus bollos ahumados antes de que los
devoremos todos —dijo Kizzy.
—¿Qué hora es?
—Las nueve, más o menos. Llegas tarde.
—¿Qué? ¿Ya estamos donde la perforación?
—En una hora llegamos.
—Mierda. Kizzy. Kizzy, tengo resacón.
—Lo sé.
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