Page 315 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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—Muy  bien  —respondió  Nib.  No  le  devolvió  el


          abrazo  con  tanto  entusiasmo  como  Oso,  pero  la

          sonrisa en su rostro indicaba un grado de cariño igual


          al  que  su  hermano  había  mostrado—.  Has  estado


          fuera demasiado tiempo.



          —Ya ves.



          —Oye, ¿y a mí no me saludas? —gruñó Jenks.


          Nib paseó la mirada exageradamente por las esquinas


          superiores  de  las  paredes,  y  entonces  bajó  los  ojos


          hacia Jenks.



          —¡Anda, vaya, Jenks! ¡No te había visto ahí abajo!



          —Me lo dicen mucho los mierdas que se sacarían sus

          propios ojos —dijo Jenks con una sonrisa. Los dos se


          echaron a reír. Ashby parpadeó. Nunca había visto a


          Jenks reaccionar ante bromas sobre su altura con nada

          más  que  con  silenciosa  y  enervante  desaprobación.


          Era  indudable  que  Nib  se  había  ganado  algunos


          puntos con Jenks en el pasado. Pero Ashby también


          se fijó en que el intercambio de puyas había dejado a

          Oso algo molesto. Parecía que a aquel tipo desaliñado


          no le gustaba demasiado reírse de los amigos.



          Se hicieron las presentaciones y se estrecharon manos.


          Siguieron a Nib por el vestíbulo hacia la sala común.

          Ashby sonrió nada más entrar. Había estado en casas


          así:  viviendas  robustas  y  desvencijadas  construidas


          con cualquier cosa que un par de manos coloniales

          trabajadoras  hubieran  podido  rescatar.  Tapices


          desvaídos  baratos  cubrían  las  paredes,  ocultando





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