Page 462 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Tenía las piernas agarrotadas de estar sentada en el


          suelo y sentía el cerebro fundido tras varias horas de

          escuchar conversaciones en un idioma desconocido.


          Poco después de la puesta de sol, se disculpó y salió a


          tomar aire.



          Theth  dominaba  el  cielo  del  desierto,  colgando  lo

          bastante  cerca  para  crear  la  ilusión  de  que  podía


          alargar el brazo y acariciar los anillos con las puntas


          de los dedos. Sin la contaminación lumínica de una


          ciudad,  los  colores  resplandecientes  brillaban  sin

          obstáculos:  el  brillo  de  las  lunas  próximas,  el  gas


          púrpura de la nebulosa galáctica, y en el medio, nada


          más  que  estrellas,  estrellas,  estrellas.  Ella  vivía  ahí

          arriba, en aquella vasta extensión de color. Cada día


          veía planetas y cometas y viveros estelares muy de


          cerca,  para  ella  era  tan  común  como  el  clima.  Pero


          había  algo  en  estar  en  un  planeta  que  hacía  que  la

          vista pareciera diferente. Quizá las estrellas estaban


          hechas para ser vistas desde el suelo.



          Miró hacia dentro, a Sissix, rodeada por una multitud


          de cabezas emplumadas. Volvió a observar el cielo,

          culpable por encontrar atractiva la idea de que todos


          menos  Sissix  desaparecieran  un  rato. Se  la  imaginó


          saliendo, entregándole otra copa de vino y pasándole

          el  brazo  por  los  hombros  mientras  le  enseñaba  los


          nombres de las constelaciones. Era un pensamiento


          tonto y egoísta, lo sabía, pero se dio el gusto de todas


          formas.









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