Page 54 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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disminuye según avanza el día. Lo que ves ahora es
el atardecer, o una aproximación de este. Puedes
encender las lámparas de trabajo en las habitaciones
individuales siempre que necesites más luz, pero el
cambio en luz ambiental de la nave nos ayuda a
mantener cierto ritmo.
—Seguís días estándar, ¿cierto?
Sissix asintió.
—Días estándar, calendario estándar. ¿Todavía estás
en tiempo solar?
—Sí.
—Tómate con calma los primeros diez días.
Adaptarse a un nuevo reloj biológico a veces puede
ser muy duro. Sin embargo, lo cierto es que mientras
mantengas tu trabajo al día y sepas qué día es, no
importa qué tipo de agenda mantengas. Aquí
ninguno nos levantamos a la misma hora, y todos
seguimos horarios un poco raros. Especialmente
Ohan. Son nocturnos.
Rosemary no estaba segura de quién o qué era Ohan,
o qué había querido decir Sissix al usar el plural, pero
antes de poder preguntar, Sissix sonrió mirando la
puerta que tenían delante.
—Voy a dejar que pases delante.
Había un cartel pintado a mano fijado en la pared,
sobre la puerta. «LA PECERA», decía. Las letras
brillantes estaban rodeadas de planetas sonrientes y
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