Page 56 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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burbuja, a las estrellas, planetas y nebulosas que
esperaban ahí fuera.
Tras mirar embobada unos instantes, Rosemary pudo
empezar a discernir los detalles más pequeños. El
marco de la ventana parecía erosionado y de un
material completamente distinto al del resto de la
sala. Las macetas hidropónicas eran de todas las
formas y tamaños, y lo bastante desgastadas para dar
a entender que eran de segunda mano. Pero la sala era
uno de esos lugares extraños y maravillosos que se
beneficiaban de la falta de uniformidad. Las plantas
estaban sanas y bien cuidadas, pero de algún modo,
los rasguños, las abolladuras y la pintura
desconchada eran lo que realmente les daba vida.
—Es… —Rosemary parpadeó—. Es increíble.
—Y necesario, lo creas o no —añadió Sissix—. Puede
que parezca una extravagancia, pero tiene tres
propósitos útiles. Uno: las plantas vivas reducen el
trabajo de los filtros de aire. Dos: podemos cultivar
parte de nuestra comida, lo que nos ahorra dinero en
nuestros viajes al mercado y es más saludable que
comer siempre cosas almacenadas en estasis. Tres, y
lo más importante: nos ayuda a no volvernos locos
tras pasar varias semanas enjaulados aquí. La sala de
simulador es buena para tener un rato de
tranquilidad, pero aquí es donde todos venimos a
calmarnos. Muchas naves de largo trayecto tienen
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