Page 55 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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alegres flores. Aunque era nueva en la nave,
Rosemary estuvo segura de que la señal era obra de
Kizzy.
Abrió la puerta y se quedó boquiabierta. Ante ella
había una amplia sala abovedada, construida con
capas de plex intercaladas. Era una ventana, una
enorme ventana con forma de burbuja, con la galaxia
entera extendiéndose al otro lado. Y en el interior,
todo, realmente todo, era verde. Filas ascendientes de
gigantescas macetas hidropónicas de las que brotaban
hojas anchas, brotes frescos y verduras oscuras y
grandes. Había etiquetas escritas a mano pegadas a
estacas dispuestas a intervalos regulares (Rosemary
no reconoció el alfabeto utilizado). Algunas de las
plantas florecían, y enrejados delicados ayudaban a
las enredaderas a crecer bien altas. Un camino
cubierto de ramas se alejaba de la puerta, flanqueado
por cajas de carga y latas de comida reusadas repletas
de espesas matas de hierba. Trocitos de basura
tecnológica pintados con tonos brillantes sobresalían
aquí y allá, añadiendo pizcas de color. Al final del
camino había tres escalones que conducían a un jardín
a nivel más bajo. Una fuente desvencijada chapoteaba
con suavidad, y cerca había algunos bancos y sillas.
Tras los bancos, pequeños árboles decorativos se
estiraban hacia las lámparas solares que colgaban
sobre ellos. Pero una vez que Rosemary vio las
lámparas, su atención se desvió de nuevo a la ventana
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