Page 131 - Limbo - Bernard Wolfe
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solemne rostro de Rembó—. No estudies tan sólo



            las  cosas  serias.  Intenta  estudiar  también  las


            alegres.


                  El muchacho asintió; sus ojos brillaban


                  demasiado, estaba a Punto de llorar.



                  —Quiero  decirte  algo,  hijo.  El  poeta  que


            mencioné en mi charla era francés, su nombre era


            R‐i‐m‐b‐a‐u‐d,  pronunciado  Rembó.  Tu  nombre


            procede de él.



                  El muchacho estaba asombrado.


                  —¿Por qué? ¿Era un hombre digno de imitar?



                  —No.  No,  no  era  eso.  —Martine  habló


            lentamente,  deseaba  que  aquello  quedara  muy


            claro, era importante para conseguir que Rembó


            comprendiera,  pero  primero  era  él  quien  tenía


            que  comprender—.  No  era  un  hombre  al  que


            debiera imitarse. Pero, entiéndelo, cuando tenía


            tan sólo dos años más que tú decidió que podía



            conseguir  otras  y  mejores  vidas  que  las  que


            Europa  le  permitiría,  pensó  que  Europa  estaba


            muerta y acabada y se marchó a África. Y cuando


            yo llegué a la isla un centenar de años más tarde,


            yo  estaba  huyendo  también  del  Mundo


            Occidental, de sus guerras, y tenía la sensación de


            que  lo  que  había  dejado  atrás  había  perdido



            también  todas  sus  esperanzas.  Así  que  pensé

                                                                                                      131
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