Page 22 - Limbo - Bernard Wolfe
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fino hilo quirúrgico que marcaba las zonas de
agresividad en los lóbulos frontales de la
paciente, luego hizo rápidas incisiones a lo largo
de ellos y añadió varios cortes profundos con el
escalpelo para liberar las masas esponjosas a la
profundidad deseada, luego extirpó las masas
con una copa de succión y ligó rápidamente los
vasos sanguíneos. Introdujo una espátula en la
garganta de Moaga y la hizo toser: ninguna fuga
de las venas seccionadas, todo en orden.
Rembó regresó con el armario Monel. Las diez
agujas eléctricas fueron aplicadas a los mismos
puntos de antes: la zona pélvica de la mujer
permaneció inerte, los indicadores vaginales no
se movieron. Mientras Martine rociaba la zona
expuesta con penicilina, Rembó trajo el casquete
craneano y muy pronto estuvo colocado de nuevo
en su lugar, las tiras de piel unidas con puntos de
sutura y grapas de plata.
Martine asintió y retrocedió unos pasos,
empezando a sacarse sus guantes de caucho.
—Lo hemos hecho de nuevo —se dijo a sí
mismo—. Malditos gemelos siameses. He
eliminado la agresión. He eliminado también el
orgasmo, parece que son dos cosas inseparables.
Lo siento, Moaga. El carnicero ha hecho todo lo
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