Page 751 - Limbo - Bernard Wolfe
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adelantar una mano para tocarla... la larga y
sinuosa cicatriz, y bajo ella el casquete de tantalio
que había instalado con tan amoroso cuidado—.
Aunque debería decir, si hubiera sabido en qué
ibas a convertirte, que hubiera sido mejor
instalarte a cambio uno de columbio.
Theo no oía nada, sus resplandecientes manos
estaban apretadas contra su rostro y seguía
murmurando, oscilando de lado a lado.
—Has vuelto, has vuelto...
Martine sujetó a Theo por las solapas y tiró de
él hacia arriba hasta ponerlo en pie.
Señaló a una silla.
—Ahora escúchame —dijo—. Deja de
balbucear y actúa según tu edad. Voy a enseñarte
unas cuantas verdades de la vida. ¡Siéntate!
Desconcertado, Theo se dejó caer en la silla.
—Muy bien. Ahora escucha. En primer lugar,
voy a dejar bien claras mis idas y venidas en
beneficio de la humanidad. Esas idas y venidas
son y han sido siempre en beneficio tan sólo de un
diminuto segmento de la humanidad, es decir, yo.
¿Lo has entendido? ¿Te has empapado bien de
ello? Hace dieciocho años, cuando tomé aquel
avión y despegué de nuestro campamento en el
Congo...
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