Page 210 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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Moseby  leía  historias  de  su  libro  en  voz  alta,  y  a


           menudo eran buenas historias, pero también leía en


           voz alta palabras que acababa de escribir apenas días


           antes, y la mayoría de las veces dichas palabras no



           conformaban ninguna historia, sino meras conjeturas


           sobre lo mucho que mejoraría la vida de los tiv si estos


           se esforzaran por aprender algo más sobre la deidad


           de los europeos.




                  Un  día,  después  de  que  Moseby  se  mostrara


           especialmente elocuente, Jijingi decidió felicitarlo.




                  —Sé que tienes muy buena opinión de todos tus


           sermones,  pero  el  de  hoy  ha  estado  inspirado  de


           verdad.




                  —Gracias  —sonrió  Moseby  antes  de  preguntar,


           transcurrido un momento—: ¿Por qué dices que tengo


           muy buena opinión de todos mis sermones?




                  —Porque  esperas  que  la  gente  siga  queriendo



           leerlos dentro de muchos años.



                  —Yo no espero nada por el estilo. ¿Qué te lleva a



           pensar algo así?




                  —Los  pones  todos  por  escrito  antes  de


           pronunciarlos. Antes incluso de que una sola persona


           haya  escuchado  el  sermón,  tú  ya  se  lo  has  dejado


           anotado a las generaciones venideras.


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