Page 212 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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—Buena  pregunta  —respondió  Moseby—.  Es


           curioso, ¿verdad? No sé muy bien cómo explicarlo,


           pero el caso es que escribir me ayuda a decidir qué


           quiero decir. En mi tierra tenemos un proverbio muy



           antiguo:  verba  volant,  scripta  manent.  En  tiv  sería


           algo así como «lo dicho se escapa volando, pero lo


           escrito es inamovible». ¿Tiene sentido?




                  —Sí —dijo Jijingi. Por educación, más que nada,


           pues  en  realidad  aquello  no  tenía  absolutamente


           ningún sentido. El misionero no era tan mayor como


           para  estar  empezando  ya  a  acusar  los  primeros


           síntomas de senilidad, por lo que la única explicación



           pasaba porque su memoria era espantosa y le costaba


           reconocerlo.  Cuando  Jijingi  habló  de  esto  con  los


           demás  chicos  de  su  edad,  se  pasaron  días  enteros


           intercambiando chistes al respecto. Cada vez que se


           contaban  algún  cotilleo,  decían:  «¿No  se  te  irá  a


           olvidar?  A  lo  mejor  esto  te  ayuda  a  refrescar  la


           memoria», e imitaban a Moseby sentado a su mesa,


           escribiendo.




                  Al año siguiente, Kokwa anunció una noche que


           se disponía a contar de nuevo la historia de cómo los


           tiv  se  escindieron  en  dos  linajes  distintos.  Jijingi



           acudió con su versión en papel, para leerla al mismo


           tiempo  que  la  relataba  el  anciano.  Aunque  a  veces


           conseguía  seguir  el  hilo,  a  menudo  se  sentía

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