Page 110 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 110
algunos vecinos en el camino que recorría el
lindero, y calculaba que debía de haber como una
docena solamente en la periferia, pero nunca había
hablado con ninguno. Y además, ¿qué diablos hacía
con su coche?
Por un momento pensó en el arma que guardaba en
el sótano, la Fabulosa Pistola de Clavos Harper.
—¡Eh! —soltó de pronto, casi sin proponérselo.
El hombre se detuvo, dio un respingo y se quedó
mirándolo sin decir nada. Así permanecieron
durante lo que pareció ser una eternidad, envueltos
en un incómodo y expectante silencio, como dos
animales enfrentados que se estudian y valoran
desde una amenazante quietud.
La cabeza de Joe era un torbellino de sensaciones.
—¡Eh! —exclamó de pronto el desconocido. Había
levantado una mano y estaba señalando a Joe, con
los ojos abiertos como platos—. ¡Eh!
—¡Eh! —repitió Joe—. ¿Qué…? ¿Qué está
haciendo?
El hombre echó a correr hacia él. Joe retrocedió un
par de pasos, sintiendo que la adrenalina lo
encendía como una antorcha impregnada de brea.
—¡Eh! ¡Oiga!
109

