Page 111 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 111
—¡No se mueva, amigo! —exclamó Joe,
proyectando las palmas hacia delante—. ¡Quédese
ahí!
El desconocido estaba ya a pocos metros de él.
Había algo en su expresión que resultaba
desconcertante; los ojos encendidos, vidriosos, tan
abiertos y dilatados que parecían dos círculos en
una máscara de cera. El pelo pegado a la frente. Y
algo más: una especie de marca oscura que le
recorría la mejilla; quizá un corte, o un rastro de
algo que podría ser…
«Sangre. Es sangre».
—El… El coche… —decía—. Necesito el coche…
¿Es suyo? ¿Tiene las… tiene las llaves?
—¿El coche? Pero ¿cómo quiere que…?
Pero el desconocido ya estaba junto a él. Se había
acercado tanto que Joe se sintió invadido en su
espacio vital. Recorrido por una suerte de arco
eléctrico que le erizaba el vello de la nuca, Joe
levantó ligeramente los brazos mientras mantenía
los puños apretados.
—¡Por favor! —dijo el extraño, y de repente su voz
se cargó de un tono de súplica anhelante que hizo
que Joe pestañeara como las luces de un árbol de
Navidad—. ¡Necesito el coche!
110

