Page 146 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Tenía las manos extendidas ante sí, de manera que
parecía un prestidigitador a punto de hacer un
truco de magia.
«Solo es un grito, ya está, solo eso. Un sonido. Un
sonido que, por algún motivo, te vuelve del revés».
«No, es el recuerdo del remolino, porque la primera
vez no pasó nada. Al señor Wright tampoco».
«Pero ahora…».
De pronto, el chillido volvió a sonar, ahora desde
una dirección diferente, como si llegara desde
algún lugar por detrás de la casa. Joe sintió que se
le partía la cabeza. Duró toda una eternidad, y el
sonido pareció retorcerse en el aire, subiendo y
bajando de intensidad, aparentemente aleatorio en
sus modulaciones, terrible como un taladro mental.
Las lágrimas se precipitaron por sus mejillas.
Cuando terminó, estaba encogido contra una pared
del dormitorio. Había pasado por encima del
cadáver y no se había dado cuenta.
—Oh, señor… —lloriqueó, tembloroso.
Ahora ni siquiera sabía si podría ser capaz de
aguantar un envite similar: la cabeza le retumbaba
con un eco atroz, como si tuviera vida propia.
Estaba bastante seguro de que, más tarde,
degeneraría en una migraña terrible.
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