Page 189 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 189
—Pete… Por favor… —dijo Joe con un hilo de voz.
—Reconozco que cuando vi que un Harper venía a
ocupar la casa, después de tantos años, creí ver la
mano del destino. El destino es caprichoso, Joe, y
rara vez interviene… Pero a veces lo hace. Pensé
que nos darías problemas, que habías venido a
terminar lo que tu abuelo no pudo hacer.
—Pete… ¿Es una broma?
—Pensé que quizá podrías tener… esto —dijo,
dedicando una mirada llena de admiración al
órgano que llevaba en los brazos—. Lo hemos
buscado tanto, Joe. Yo lo he buscado sin parar, cada
día, durante decenios. No sabíamos qué había
hecho el viejo Cerón con él. Podía haberlo enterrado
en cualquier parte, podía haberlo arrojado al río,
podía habérselo entregado a alguien con
instrucciones para que lo llevara al sótano de
alguna iglesia en Palermo. Por eso, cuando te
conocí, tuve una idea… ¿Y si Cerón Harper, antes
de que lo pilláramos, envió el corazón a algún
familiar remoto?
Joe negaba con la cabeza. Estaba aterrorizado, sí,
hasta el punto de sentir que las piernas eran
incapaces de llevarle un solo paso hacia cualquier
dirección; pero al mismo tiempo, todavía albergaba
la loca esperanza de que Pete, de pronto, se doblara
188

