Page 212 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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«Aún estás débil. Espera…».



            «(ESPERAR,                       JAJAJAJAJA,                       TAN                DÉBIL,


            ¿ESPERAR?)»



            Casi al instante, Joe empezó a sentir que algo estaba


            cambiando. Se sentía diferente, recuperado, como



            si un diabético con una bajada de azúcar recibiese


            de  repente  el  aporte  que  estaba  necesitando.  Lo


            notó también en su percepción visual de las cosas,


            como  si  de  repente  el  espacio  blanco  y  vacío


            empezase  a  adquirir  matices  tan  sutiles  que  solo


            podía  descubrirlos  en  los  márgenes  de  la  visión


            periférica.  Había  volúmenes,  como  si  allí  hubiera


            un mundo invisible por descubrir, velado por un


            manto  opaco.  También  descubrió  que  podía  ver



            mucho más lejos; de pronto, todo se había llenado


            de formas y figuras hasta donde alcanzaba la vista,


            y las que había cerca eran más definidas.



            «¿Qué ha pasado?», emitió.



            «Te he dado energía».




            «¿Puedo…?».



            «No. Escucha. No tenemos tiempo. Concéntrate en


            mí. Voy a moverme».



            «Pero…».



            «Concéntrate.  En  mí.  Sígueme.  Solo  piensa  en



            seguirme».



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