Page 277 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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aspecto repulsivo que se enredaba sobre sí mismo.
En los recovecos de la caverna formaba bolas que
recordaban a las marañas de algas. El suelo estaba
lleno de charcos de un agua ponzoñosa, con tintes
cobrizos, y el olor era desagradable, enrarecido,
como el de una cripta recién abierta.
Alguien había instalado una reja junto a la entrada,
ahora prácticamente sepultada por la nieve. La
puerta de entrada estaba arrancada y tirada a un
lado sobre la nieve. Un cartel de madera
corrompido por la humedad y las inclemencias
rezaba: «ZONA PELIGROSA.
TERMINANTEMENTE PROHIBIDO EL PASO».
—Esto lo han arrancado hace muy poco —comentó
Allen, susurrando—. No tiene nieve encima.
—Sí. De nuevo parece que Pete confía en no tener
que guardar más las apariencias.
—¿Cómo ha arrancado esa verja? —preguntó
Allen—. Quiero decir, mira esos goznes…
Las bisagras estaban descoyuntadas; el hierro,
agrietado. Los tornillos se habían partido y yacían
desperdigados por todas partes, y las placas que
unían el conjunto estaban dobladas. Incluso la
puerta había sido arrojada lejos. Uno casi podía
imaginarse a Pete, con todas sus arrugas, agarrando
la reja con una sola mano y dando un tirón tan
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