Page 280 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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—Vamos a tener que poner cuidado con estas cosas
—dijo Joe—. Esto no es precisamente terreno
explorado.
—Te juro que ni lo había pensado…
—Ya. Tenemos demasiado en la cabeza. Pero sería
triste acabar con los huesos rotos en algún agujero
mientras unos demonios consumen el mundo.
Allen soltó una pequeña carcajada nerviosa con el
comentario, nacida del puro histerismo, pero su
propio sonido le sonó demasiado estridente y se
detuvo.
—Ya —dijo al fin.
—Haces al suelo.
Siguieron caminando. El túnel empezaba a
descender de manera tan abrupta que se
encontraron buscando un camino en diagonal que
pudieran recorrer haciendo zigzag. El suelo era
fangoso y resbaladizo, y las piedras se soltaban bajo
su peso y caían rodando por la pendiente. A Joe le
preocupaba que su llegada no fuera todo lo sigilosa
que le hubiera gustado. Si tenían alguna
posibilidad, era la de la sorpresa, precisamente;
caminar como elefantes no los iba a ayudar.
La otra pregunta que se hacía, por supuesto, era
cuánto. ¿Cuánto tendrían que descender en las
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