Page 347 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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espaldas y se esfumó. Joe asistió a su desaparición
con los ojos muy abiertos, se quedó quieto un
instante y luego se lanzó a la carrera. Sin embargo,
cuando llegó al sitio, se encontró con un muro tan
sólido y tangible como podía esperarse. Empezó a
golpearlo con los puños mientras gritaba el nombre
de su amigo, pero Allen ya no estaba allí.
—¡ALLEN!
Joe cerró los ojos, intentando contener las lágrimas.
Había estado golpeando la pared hasta que los
puños empezaron a pulsar de manera dolorosa.
Estaba sofocado, el aire era demasiado caliente para
respirar con normalidad, y sudaba por cada poro de
su piel, pero apenas era consciente de eso.
Solo pensaba en Allen.
¿Dónde estaría? Se habían separado y él debía de
haber «saltado» a alguna otra realidad, una en la
que el muro no fuera un muro sino un paso diáfano.
Como cuando miraba a la nada con aquella
expresión de temor. ¿Qué habría visto? ¿Qué iba a
hacer sin Allen?
De pronto, la temperatura empezó a cambiar tan
rápidamente que sintió un escalofrío. Abrió los ojos
justo cuando su olfato empezaba a registrar olores
nuevos, y una oleada de miedo y de inquietud lo
asaltó. El muro había desaparecido, y también la
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