Page 359 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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la cabeza con rapidez para no perder de vista la
puerta. Como en el puerto, una serie de farolas
arrojaban una luz mortecina sobre la calle, pero la
fuente de aquella luz centelleante venía de la
ventana de una de las casas del edificio de enfrente.
Lo más importante era el descubrimiento de que se
encontraba en un segundo piso. A una altura de…
¿cuatro o cinco metros?
Pensó en saltar. David Wright, o el demonio que
llevaba dentro (y que, empezaba a pensar, era el
mismo que había ocupado el cuerpo de Betsy),
probablemente lo seguiría de cerca si se tiraba.
Sospechaba que si se dañaba con la caída, que si se
quedaba dolorido en el suelo aullando de dolor,
Wright se echaría sobre él. Pero no había otro
camino.
Justo en ese momento, David irrumpió en el
dormitorio a la carrera. Joe reaccionó
automáticamente y la pistola escupió una ráfaga de
clavos. Ni siquiera supo si habían dado en el blanco
hasta que David llegó hasta él, empujado por la
inercia, y arremetió contra su cuerpo como un
pequeño utilitario. Joe se golpeó contra la pared y
su cuerpo se dobló dolorosamente fuera de la
ventana. Luego, el peso de su enemigo se hizo
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