Page 355 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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imprecisa, una mancha oscura hecha de tinieblas
que se agolpaban junto a la ventana creando algo
que percibía a duras penas. Estaba aún intentando
decidir si lo que veía era real o no cuando la puerta
se abrió de golpe y, esta vez sí, vislumbró unas
tinieblas impenetrables que la luz no conseguía
traspasar, hostiles, conformando una figura
visiblemente humanoide.
La mente de Cassie se volvió a su marido, el mismo
que ella había dejado morir mientras miraba
impasible cómo se retorcía en el suelo, recogido
sobre sí mismo y agarrotado como un animal.
Agarrotado, sí, como aquella sombra imposible que
acababa de entrar en su dormitorio.
Porque era él. Era su marido, regresando de entre
los muertos para reclamar su venganza.
Y entonces gritó; y mientras lo hacía, el miedo la
recorrió con la intensidad de un tsunami. Su cuerpo
reaccionó activando todos los sentidos a la vez, una
respuesta estándar y normal que el cuerpo humano
ha desarrollado con los muchos millones de años de
evolución: trataba de reunir toda la información
posible para hacer frente a la amenaza. No pudo.
Las intensas implicaciones fisiológicas fueron
demasiado severas para el cuerpo de Cassie, más
acostumbrado a los susurros en español cuando
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