Page 79 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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Zammis levantó un brazo regordete y apartó la carne. Me

        encogí de hombros.



               —Bien, cuando tengas bastante hambre, aquí estará.



               —¡Guh meh!



               Su  cabeza  osciló  de  un  lado  a  otro  en  mi  regazo,  una


        mano  diminuta  de  tres  dedos  estrechaba  mi  dedo,  y  la

        criatura lloriqueó otra vez.



               —No quieres comer, no necesitas que te limpien. ¿Qué

        quieres entonces? ¿Kos va nu?



               La cara de Zammis se arrugó, y su mano tiró de mi dedo.

        Su otra mano se agitó en dirección a mi pecho. Levanté a


        Zammis  para  arreglar  el  traje  de  vuelo,  y  las  manos

        diminutas  se  extendieron,  agarraron  la  parte  delantera  de

        mis  pieles  de  serpiente  y  se  aferraron  mientras  los  brazos

        regordetes atraían al niño hacia mi pecho. Lo mantuve cerca


        de mí, Zammis puso la mejilla en mi pecho y no tardó en caer

        dormido.



               —Bueno… quién lo hubiera creído.



               Hasta que el dracón murió, jamás comprendí lo cerca que

        había estado de la locura. Mi soledad era un cáncer, un tumor





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