Page 229 - El Jugador - Iain M. Banks
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a chorros por las ventanas que daban al fiordo, cruzando

            la habitación y saliendo por las ventanas orientadas hacia


            las  faldas  de  las  montañas.  Los  trinos  de  los  pájaros

            hacían vibrar el fresco aire del amanecer.

                  No había nada más que llevarse, ni una sola cosa más


            que  recoger.  La  noche  anterior  había  ordenado  a  los

            robots de la casa que transportaran el baúl lleno de ropa

            a la Factor limitativo, pero ahora se preguntaba por qué se


            había  tomado  esa  molestia.  El  trayecto  en  la  nave  de

            guerra  sería  bastante  corto  y  no  tendría  que  cambiarse

            muchas  veces  de  ropa,  y  cuando  llegara  al  VGS  podía

            encargar  todo  lo  que  deseara.  Decidió  llevarse  consigo


            unos  cuantos  adornos  personales  e  hizo  que  la  casa

            transmitiera  copias  de  todas  sus  imágenes  fijas  y  en

            movimiento a la memoria de la Factor limitativo. Lo último

            que  hizo  fue  quemar  la  carta  que  había  escrito  para


            confiarla a la custodia de Boruelal y remover las cenizas

            en la chimenea hasta convertirlas en polvo finísimo. No

            quedaba nada más que hacer.


                  ‐‐¿Listo? ‐‐preguntó Worthil.

                  ‐‐Sí ‐‐dijo Gurgeh. Tenía la cabeza despejada y ya no

            le dolía, pero se sentía un poco cansado y estaba seguro


            de  que  aquella  noche  no  le  costaría  nada  conciliar  el

            sueño‐‐. ¿Aún no ha llegado?






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