Page 239 - El Jugador - Iain M. Banks
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Gurgeh creyó oír un leve zumbido que parecía venir de
cuanto le rodeaba. Llegó al final del corredor y se metió
por otro cuyo suelo parecía inclinarse en un ángulo de
por lo menos treinta grados, pero que se niveló apenas
puso los pies en él (causándole un fugaz momento de
mareo). El corredor terminaba en la protuberancia de un
efector que el astillero había utilizado para instalar uno
de los tableros de juego principales.
El tablero se extendía ante él con un torbellino de
formas geométricas y colores cambiantes. Era un
auténtico paisaje que ocupaba más de quinientos metros
cuadrados, con las hileras de pirámides de niveles
amontonados formando un territorio tridimensional que
aumentaba todavía más aquella extensión. Gurgeh fue
hacia el inmenso tablero y se preguntó si no habría
aceptado enfrentarse con un hueso demasiado duro de
roer.
Recorrió la vieja protuberancia del efector con la
mirada. El tablero ocupaba algo más de la mitad del suelo
y reposaba sobre las planchas de metalispuma instaladas
por el astillero. La mitad del volumen espacial se
encontraba bajo los pies de Gurgeh. Una sección
transversal del espacio destinado al efector habría tenido
forma más o menos circular, y las planchas y el tablero
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