Page 262 - El Jugador - Iain M. Banks
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manos juntas‐‐, pero había algo en ella que hacía que
Gurgeh se sintiera inexplicablemente incómodo en su
presencia.
Gurgeh resolvió el enigma o, mejor dicho, despertó
una mañana con la solución grabada en su mente después
de haber tenido una pesadilla en la que estaba atrapado
dentro de una esfera metálica a la que se hacía rodar
locamente en un juego tan extraño como cruel... Las
secciones exteriores que no paraban de girar y el color
blanco de sus componentes hacían que Flere‐Imsaho
resultara muy parecida a una de las tarjetas de cerámica
que se empleaban para registrar la posición de las piezas
ocultas en las partidas de Posesión.
Gurgeh estaba instalado en una silla que le envolvía
cómodamente colocada debajo de algunos árboles de
exuberante follaje y observaba a las personas que
patinaban en la pista que había más abajo. Sólo llevaba
puesta una chaqueta delgada y unos pantalones cortos,
pero el campo de filtraje que se interponía entre la zona
de observación y la pista de hielo se encargaba de
mantener caliente el aire de la zona en que se encontraba.
Gurgeh repartía su tiempo entre el aprenderse de
memoria las ecuaciones de probabilidad que le mostraba
la pantalla de su terminal y la pista de patinaje, donde
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