Page 38 - El Jugador - Iain M. Banks
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vencedor ‐‐dijo.
‐‐Has estado a punto de ganar ‐‐dijo Gurgeh‐‐.
Cuarenta y cuatro movimientos... Estás mejorando
mucho.
‐‐Relativamente ‐‐dijo Yay, y tomó un sorbo de su
bebida‐‐. Sólo relativamente. ‐‐Se dejó absorber por las
profundidades del sofá mientras Gurgeh colocaba las
piezas en las posiciones iniciales y Chamlis Amalk‐Ney
se acercaba un poco para acabar flotando casi entre ellos,
pero sin interponerse del todo‐‐. ¿Sabes que siempre me
ha gustado mucho el olor de esta casa, Gurgeh? ‐‐dijo Yay
alzando los ojos hacia las tallas del techo. Se volvió hacia
la unidad‐‐. ¿Te gusta su olor, Chamlis?
El brillo del aura de la máquina se debilitó levemente
en un extremo. Era el equivalente al encogimiento de
hombros utilizado por las unidades de mayor edad.
‐‐Sí. Probablemente porque lo que nuestro anfitrión
está quemando en la chimenea es bonise, una madera
especial desarrollada hace milenios por la vieja
civilización waveriana porque les gustaba el perfume que
desprendía al arder.
‐‐Sí, ya... Bueno, huelen muy bien ‐‐dijo Yay,
poniéndose en pie y yendo hacia las ventanas. Meneó la
cabeza‐‐. Este lugar tiene un clima jodidamente lluvioso,
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