Page 482 - El Jugador - Iain M. Banks
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intranquilidad. Se sintió incapaz de sostener aquella
mirada y bajó la cabeza. Se acordó de la chica del baile.
Volvió a alzar la cabeza..., y se enfrentó de nuevo a la
presión casi palpable que emanaba de aquel rostro sabio
y digno.
Bermoiya estaba acostumbrado a sentenciar a sus
congéneres a la muerte, el desfiguramiento, el dolor y la
prisión. Era un ápice que trataba de forma cotidiana con
la tortura y la mutilación, y tenía el poder de ordenar su
uso e incluso de condenar a muerte para preservar al
Imperio y sus valores.
«Podría negarme ‐‐pensó Gurgeh‐‐. Ya he hecho
suficiente. Nadie me culparía. ¿Por qué no? ¿Por qué no
aceptar que son mejores que yo, al menos en este aspecto del
juego? ¿Por qué he de soportar el temor, las preocupaciones y
la tortura? La tortura psicológica como mínimo, y puede que
incluso la física... Has demostrado todo lo que te habían pedido
que demostraras y todo lo que tú querías probar, y has llegado
mucho más lejos de lo que esperaban.
»Abandona. No seas idiota. No eres del tipo heroico. Utiliza
un poco del sentido común que has adquirido jugando al Azad.
Ya has alcanzado todas las metas que te habías fijado. Abandona
y demuéstrales lo que piensas de su estúpida ʺopción físicaʺ y
de sus ridículas amenazas de matones... demuéstrales lo poco
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