Page 565 - El Jugador - Iain M. Banks
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en  lanzadera  al  crucero  Invencible ‐‐el  navío  insignia

            imperial‐‐, para asistir a recepciones, Gurgeh prescindió


            por completo de la vida social.

                  El viaje de doce días transcurrió sin ninguna clase de

            incidentes y por fin llegaron a Ecronedal, un planeta que


            orbitaba  una  enana  amarilla  en  un  sistema  de  lo  más

            ordinario.  Ecronedal  era  un  mundo  habitable  por  los

            humanos que sólo poseía una peculiaridad digna de ser


            mencionada...

                  Que  los  planetas  de  rotación  rápida  tuvieran

            protuberancias  ecuatoriales  bastante  marcadas  no  era

            algo  demasiado  raro,  y  las  de  Ecronedal  eran


            comparativamente  pequeñas,  aunque  habían  bastado

            para  producir  un  cinturón  continental  ininterrumpido

            situado  más  o  menos  entre  los  trópicos  del  planeta.  El

            resto del globo estaba ocupado por dos grandes océanos


            cubiertos de hielo en los polos. Lo que resultaba único,

            tanto  en  la  experiencia  de  la  Cultura  como  en  la  del

            Imperio, era la muralla de fuego en perpetuo movimiento


            que se desplazaba sobre la masa de tierra continental.

                  Las llamas necesitaban la mitad de un año promedio

            para completar su recorrido del planeta. La muralla de


            fuego se deslizaba sobre la tierra rozando las aguas de los

            dos océanos con sus bordes e iba consumiendo las plantas






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