Page 570 - El Jugador - Iain M. Banks
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permanecieron cerca del planeta hasta que el escuadrón
de lanzaderas del Invencible hubo llevado a los jugadores,
funcionarios de la corte, invitados y observadores hasta
la superficie de Ecronedal y después emprendieron el
viaje hacia un sistema cercano. Las lanzaderas hendieron
la límpida atmósfera de Ecronedal y se posaron en el
Castillo Klaff.
La fortaleza se encontraba sobre un promontorio
rocoso situado junto a una hilera de colinas de piedra
blanda muy desgastada por el tiempo desde las que se
dominaba una gran llanura. Normalmente permitía
contemplar una planicie cubierta de maleza que se
extendía hasta perderse en el horizonte puntuada por las
delgadas torres de los arbustos cenicientos en el estadio
de crecimiento al que hubiesen llegado, pero ahora los
arbustos cenicientos habían florecido y desarrollado
ramas, y el dosel de hojas en continuo movimiento
aleteaba sobre la planicie como si fuera un cielo repleto
de nubes amarillas conectadas a la tierra, y los troncos de
mayor tamaño se alzaban sobre el muro del castillo.
Cuando llegara la Incandescencia se deslizaría
alrededor de la fortaleza como una ola de lividez
llameante. Lo que salvaba al castillo de la incineración en
esas ocasiones era el viaducto de dos kilómetros que iba
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