Page 625 - El Jugador - Iain M. Banks
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Bajó  los  ojos  hacia  el  embudo.  El  animal  estaba

            gritando. Intentó saltar la valla del extremo más alejado,


            pero una granizada de proyectiles le hizo caer. El troshae

            logró avanzar unos metros más arrastrando tres patas y

            dejando un rastro de sangre detrás suyo. Gurgeh oyó otra


            detonación ahogada junto a él y la cabeza del carnívoro

            se  desvió  repentinamente  a  un  lado.  La  gran  bestia  se

            derrumbó hecha un fardo. Los vítores hicieron vibrar el


            aire. Una puerta se abrió en la empalizada de troncos para

            dejar salir a unos cuantos machos que se apresuraron a

            retirar el cadáver. Yomonul se había puesto en pie y se

            inclinaba en todas direcciones agradeciendo los gritos y


            aplausos que elogiaban su puntería. El siguiente animal

            salió del bosque y empezó a correr por entre los muros de

            madera,  y  el  mariscal  se  apresuró  a  sentarse  con  un

            estridente zumbido de los motores de su exoesqueleto.


                  El  cuarto  troshae  fue  seguido  por  un  grupo  de

            animales y la confusión permitió que uno de ellos lograra

            encaramarse sobre los troncos de la empalizada y cayera


            al otro lado. El animal empezó a perseguir a algunos de

            los machos que esperaban junto a los troncos. Un guardia

            situado  al  pie  de  la  plataforma  lo  derribó  con  un  solo


            disparo de su láser.

                  Hacia  media  mañana  el  centro  del  embudo  estaba






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