Page 129 - La Nave - Tomas Salvador
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mejor los rincones, podían obtener ventajas que
nosotros ignoramos. Hasta es posible que la
encontraran cómoda (debía serlo, en cierto modo,
dado que iba a ser residencia por largo tiempo) y
bella. Existen restos de pinturas en las paredes,
cuyos colores únicamente pueden distinguir los
niños (y los wit, a deducir por la petición del joven
albino) y algunas formas de cierta belleza cuya
utilidad no es manifiesta, restos posibles de un
adorno que ha perdido su significado. El cronista de
la primera generación, en una de sus anotaciones,
dice: La Nave es potente y bella. Todos los artistas de la
Tierra quisieron que‐fuera el exponente máximo de la
Moderna Estética. Los arquitectos han sido liberales en
sus formas dentro del funcionamiento de su trabajo. Y
hemos almacenado los mejores libros de la Humanidad, y
los licores más nobles, y los más cómodos utensilios. Allá,
donde llegue, la Nave será una digna embajadora de la
Tierra.
En contraposición, un historiador de no recuerdo
qué generación, dice: Esta horrible fortaleza, esta
prisión, este mundo sombrío y triste que nos ahoga.
¿Cuál de los dos tiene razón? Posiblemente el
llamado Calmo, cuando dice: Mundo eficaz y terrible,
que nos protege y alimenta, pero que nos encierra y anula.
Yo, ante ellos, apenas puedo opinar por carecer de
puntos comparativos. Los cronistas hablan de
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