Page 164 - La Nave - Tomas Salvador
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demasiado firmes pensamientos. Existía una razón
simple: los wit, teniendo la misma raíz humana,
tenían los mismos prejuicios que los kros. ¿Acaso no
pensaban los de «arriba» que los albinos tenían
costumbres disolutas, animales, y que en sus cuevas
vivían como raza inferior? Él mismo lo había
sentido muchas veces; en realidad, siempre que
entraba en contacto con la división racial y social de
la Nave.
Era necesario algo más que un razonamiento en
solitario para alcanzar la parte sana del problema.
Era necesario salirse de uno mismo, del cuerpo
individual o colectivo y tratar de confundir todos
los problemas en uno solo. No le gustaba la palabra
«confundir», pero no hallaba otra.
De todas formas, le gustaba escuchar aquello. No
era que le gustase precisamente oír falsedades, sino
ir entendiendo cosas, palabras, gestos, actitudes
mentales que le fueran introduciendo en el nuevo
lugar donde, irremisiblemente, estaba condenado a
permanecer. Se distraía —aunque resultaba pueril
distraerse en su terrible situación— y evitaba
pensar demasiado en su desgracia. Evitaba pensar
en el Libro, en la tremenda añoranza de sus manos
reposando en la blanca superficie del cilindro,
mientras su mente trataba de abarcar el maravilloso
panorama de descubrimientos que se le abría. ¡No
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