Page 169 - La Nave - Tomas Salvador
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tiempo objetivo; pero su experiencia le había
indicado la dificultad de los principios elementales.
¡He ahí que los despreciados wit eran capaces de
encender, trasladar y aprovechar un tipo de
luminosidad! Ciertamente, la luz que ardía al cabo
del cilindro era de ínfima calidad en comparación
con la luz de los antepasados que todavía existían
en la Nave. En realidad, ni siquiera había punto de
comparación. La luz kros (por llamarla así,
diferenciativamente, puesto que los wit también la
tenían) era mucho mejor que la luz wit; pero ésta
tenía a su favor la ventaja de que era producto de. los
hijos de la Nave, algo que habían creado ellos. Desde
tal punto de vista era fascinante, enormemente
significativo, pese a su tosquedad. Posiblemente ni
los wit se daban cuenta de la enorme importancia
de su luz‐caliente.
El respeto que la luz le imponía, y por otra parte
la conciencia de su inutilidad, le mantenía frente a
la luz, abiertas las piernas para no perder el
equilibrio. En tal situación, abstraído, no se dio
cuenta de la entrada en la cámara de Abul, Dina y
otros wit desconocidos, hasta que la mujer le tocó
ligeramente en la espalda.
—Shim...
—Ése soy yo —respondió, adoptando la forma
wit.
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