Page 233 - La Nave - Tomas Salvador
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gruñó el padre de la familia.



               Pero atendió su ruego y se dispuso a acompañarle,


            en unión de cuatro o cinco jóvenes y la inevitable


            Sad. El cortejo tomó por una rampa descendente.


            Por lo visto, la familia Hipomix vivía en un nivel


            inferior.



               —Lo había olvidado, lo había olvidado —dijo.



               —¿Qué olvidaste, Shim?



               —La guerra,



               —Guerra...  ¿Qué  guerra?  Nosotros  no  tenemos


            ninguna guerra.



               —¡Oh,  tú  y  tu  bendita  simplicidad!  ¿Quieres


            decirme, Ylus, qué es lo que ha hecho que la familia


            Hipomix tenga hombres heridos que curar? ¿Y por


            qué hay diez kros muertos?



               Ylus pareció reflexionar.



               —¡Ah, sí! Es cosa de Kalr...



               Se detuvo en seco, para observar mejor al anciano.



               —¿Quieres decir que el conflicto con los kros no


            obedece a una necesidad nacional?



               —No te entiendo, Shim.


               —Perdona,  Ylus.  Quiero  decir  lo  siguiente:



            Vosotros enviasteis una embajada a Mei‐Lum‐Faro,


            con unas peticiones. El Señor de la Nave dijo que no


            y mató a los representantes wit. Entonces vosotros





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