Page 234 - La Nave - Tomas Salvador
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matasteis a unos guardianes kros y luego dejasteis
el trabajo en las factorías de arriba. Eso es un
conflicto. Ahora bien, ¿son todas las familias o es
sólo la de Kalr la que mantiene el conflicto?
—Ya te dije que es cosa de Kalr.
—Hablaremos de ello, Ylus.
Atravesando unos corredores, tan estrechos como
oscuros, erizados de tuberías y cuadros
distribuidores de energía, desembocaron en una
amplia explanada, a modo de anfiteatro, donde
asomaban las bocas y ventanas de algunas cámaras
residenciales. A la luz actínica de los antepasados, a
un tercio de su intensidad, pero suficientemente
fuerte como para suplir muchos cilindros de luz
caliente, deambulaban varias parejas y unos niños
jugaban, cogidos de la mano, formando un corro.
Los niños, moviéndose, empezaron a cantar una
tonadilla. Se detuvo y escuchó:
Mambrú se fue a la guerra
mirusi mirusi qué pena;
Mambrú se fue a la guerra,
y no sé cuándo vendrá.
Sabía lo que era cantar; era reproducir con la
garganta, haciendo vibrar el aire de la respiración,
un sonido musical. Como buen matemático, podía
calcular la variada gama de combinaciones que
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