Page 29 - La Nave - Tomas Salvador
P. 29
costumbre lo he visto con ojos diferentes. Diferentes
son mis pensamientos. Y estoy asustado, en cierto
modo. Debe de ser la magia y el atractivo del Libro,
su poder. Me doy cuenta de lo que significa ser
Hombre de Letras y he venido para contemplar el
Libro.
Y al inclinar la cabeza, y al ver sus signos o
escucharlos, y al saber que espera otros nuevos,
algo parecido al vértigo de las terrazas me sacude.
¡Es terrible el atractivo de las Letras, y comprendo a
las Leyes cuando prohiben que más de un hombre
se dedique a ellas! En el esfuerzo que estoy
realizando para encontrar palabras, ideas, signos y
estímulos reflejos, me veo diferente al Shim que
paseaba por las cámaras y terrazas de la Nave, sin
hablar, sin pensar, esperando lo inconcreto. Y mi
esfuerzo actual me duele. Nunca pude suponer que
el pensamiento doliera físicamente. Me hace sufrir
el orgullo de mi situación y la conciencia de mis
limitaciones. Trato de situarme ante ellas y no acabo
de calcular mis fuerzas. Tengo en las manos mi
Palabra (la Palabra de los míos, de los hombres de
mi tiempo), y los sueños, las inconcreciones, las
leyendas y hasta los ruidos son diferentes, con otro
vigor. Ahora no son mis hermanos de raza los que
me recuerdan tácitamente el signo de la herencia.
Ahora es mi Libro, mi igualdad ante los hombres
29

