Page 72 - La Nave - Tomas Salvador
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aspiradores, se convierte en otra pastilla, que el
automático también aprovecha. Ellos, los
cuidadores, llaman a las pastillas «limpia» y
«sucia», respectivamente.
Reflexionando, veo que nada nuevo he
descubierto, puesto que todo ello forma parte de
nuestros conocimientos y nuestros principios:
«todo se origina en la Nave; todo se aprovecha en la
Nave». Incluso yo mismo puedo predecir cuándo es
tiempo de que la pastilla «limpia» sustituya a la ya
fermentada. Instintivamente lo he pensado muchas
veces. Lo que no había hecho nunca, ni creo que lo
haya hecho ningún habitante de la Nave, era pensar
en el ciclo continuo y sistemático que esto supone.
Saú, agudamente, me ha dicho que los habitantes de
la Nave lo comprenden instintivamente porque lo
necesitan, porque el aire recalentado y pesado les
avisa; pero que él, Saú, puede, incluso sin
necesitarlo, saber cuándo la «pastilla limpia» va a
ser expulsada. Le es útil saberlo, porque el relevo de
la vigilancia al repositor se realiza cada dos
pastillas. Y asegura que siempre ha sido igual,
seguro e invariable.
Todo esto es sencillo y grandioso al mismo
tiempo. Los creadores (suponiendo que la Nave no
se ha construido a sí misma, como dicen algunos)
cuidaron de que las pastillas fueran sucediéndose a
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