Page 74 - La Nave - Tomas Salvador
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aire, estamos siendo rigurosamente limitados.
Todo ello, repito, es verdad vieja en la comunidad,
Pero hasta ahora no se me había presentado con tan
rigurosa consecuencia. Más habitantes significaría
un déficit constante de proteínas, agua,
aminoácidos y, sobre todo, de aire. Puesto que no es
posible aumentar las proteínas, el agua y el aire,
preciso es que nosotros nos mantengamos en el
nivel necesario.
Pero me estoy haciendo una pregunta que es casi
una rebelión. ¿Por qué no aumentamos los
alimentos, el agua, la luz y el aire? ¿Por qué hemos
de estar nosotros sometidos a ellos, cuando el rigor
lógico me dice que nosotros somos materia notable
y ellos materia mecánica? No lo sé. Si yo fuera con
estas preguntas a mi amigo Rein, me diría que no
hacemos más que seguir la infinita sabiduría de la
Nave. ¿Acaso no nos protege y alimenta? ¿Por qué,
entonces, vamos a exigirle más? El sueño que la
Nave quiera, la luz dejará de alumbrar, «La Carne»,
de crecer, y el repositor de ozono, de expulsar
pastillas; entonces, como una rigurosa ley, nosotros
acabaremos también. Será el fin, como nuestros
filósofos anuncian. No cabe rebelarse. No cabe
rebelarse. No cabe rebelarse.
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