Page 86 - La Nave - Tomas Salvador
P. 86

término «día»), y he terminado. Terminado, aunque


            no  comprendido.  Estoy  enfermo  de  ideas  y


            conceptos. He llegado hasta mis propias palabras y


            debo  anotar  el  curioso  fenómeno  de  haberme


            parecido escritas por mano ajena.



               He  terminado,  he  reclinado  la  cabeza  en  mi


            asiento  y  me  he  desvanecido.  Tengo  el  confuso


            recuerdo  de  haber  sido  buscado,  de  que  han



            golpeado la puerta y me han traído y llevado por


            los  pasillos.  La  Ley  exige  que  las  puertas  nunca


            deben estar cerradas. He infringido la Ley, cierto.


            Quizás  ello  tenga  algo  que  ver  con  el  confuso


            recuerdo. Pero siempre he vuelto. Posiblemente me


            haya convertido en un sospechoso. Me ampara el


            respeto y el miedo que el Libro inspira y el que Mei‐



            Lum‐Faro no está en su sano juicio, ni siquiera con


            energías para una larga entrevista.


               Muchas ideas me han acuciado. Necesito ponerlas



            en claro. No podré cambiar el destino de la Nave,


            pero  sí  enseñar  a  mis  hermanos  el  camino  de  la


            regeneración  a  través  de  unos  símbolos  de  fácil


            manejo y comprensión. Si no en esta generación, ni


            en  la  siguiente,  cabe  la  esperanza  de  que  en  un


            futuro no lejano podamos hacer algo diferente a este


            vegetar inhumano.



               Repito  que  estoy  loco  de  ideas.  Pero  estoy  muy


            débil. Habré de reposar corporal y espiritualmente.




                                                                                                            86
   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91