Page 203 - Triton - Samuel R. Delany
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cortaba  por  completo  el  campo  sensorial  con  una

           oscuridad tan completa como el techo del n‐r. Envuelto


           en negro, se abrió camino por entre la gente, pensando:

           Que alguien me ayude...

                Exactamente  igual  que  Alfred  (pensó),  solo  en  su


           habitación,  con  su  sangrante  nariz  ya  diagnosticada,

           después de que Sam y los demás se hubieran marchado,


           deseando desesperadamente, ahora que la catástrofe se

           había alejado, que alguien, cualquiera, se parara ante su

           puerta y le dijera hola.


                La mandíbula de Bron se tensó.

                La máscara se deslizó hacia abajo, de tal modo que ‐el

           pensamiento le llegó tan brutal como el dolor y, con él, se


           apretó  más  en  su  capa  y  apresuró  el  paso‐  si  alguien

           hubiera intentado cruzar su mirada, con ojos amistosos,

           provocativos, hostiles o indiferentes, él no hubiera sido


           capaz de darse cuenta de ello, puesto que todo el mundo

           excepto los más bajos entre la multitud parecían ahora


           decapitados.

                Pero si deseas tan desesperadamente ayuda (rechinó

           amargamente  los  dientes  cuando  alguien  rozó  su


           hombro; se echó hacia un lado, y chocó con alguien más),

           y sigues sin poder obtenerla, lo único que puede alejar tu


           mente  de  ello  es  ayudar  tú  a  alguien:  Esta  revelación,

           puesto  que  era  una  de  las  raras  veces  que  se  le

           presentaba,  le  hizo  detenerse  en  seco  en  medio  de  la




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