Page 526 - Triton - Samuel R. Delany
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enhiesta trenza de recio pelo negro asomaba por un lado
de la cabeza de Prynn. Su rostro aún no tenía las manchas
suficientes como para sugerir la necesidad de un
tratamiento cosmético.
—Uh... no —dijo Bron—. ¿Qué?
Y Prynn, casi temblando, se dio la vuelta y salió
huyendo de la habitación.
Una de las mujeres alzó la vista de su lector, captó la
mirada de Bron y se encogió de hombros.
Cinco minutos más tarde, cuando Bron, tras
demorarse un poco por la sala común para examinar las
nuevas cintas que habían llegado aquella tarde ‐la mitad
de las cuales (probablemente todas las buenas) ya habían
sido alquiladas‐, subió al pasillo donde estaba su
habitación, y vio a Prynn sentada en el suelo al lado de
su puerta, con la barbilla entre sus rodillas, un brazo
rodeando las sueltas vueltas de sus pantalones negros
desteñidos (había algo que no parecía estar bien en una
de las uñas de sus pies), la otra mano blandamente
apoyada en el suelo a su lado. Cuando Bron se acercó,
Prynn dijo, sin mirar:
—Dijiste que deseabas saberlo: pero te tomaste tu
tiempo para venir aquí. —Lo cual fue el principio de una
larga enumeración, que duró toda la tarde, de curiosos
insultos, malentendidos y abusos generales del
Departamento de Orientación Social que, puesto que
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