Page 558 - Triton - Samuel R. Delany
P. 558

exactamente lo que había estado persiguiendo...

                ¿Sam?


                ¡Eso era tan ridículo como el azaramiento y la cólera

           a la que se había sometido a sí misma con aquella mujer

           del teatro! ¡Piensa!, se dijo: En un momento determinado


           había habido una cosa que había pensado que ella podía

           hacer mejor que otras mujeres..., porque ella había sido


           un hombre, conocía de primera mano las fortalezas de un

           hombre, las necesidades de un hombre. Así que se había

           convertido  en  una  mujer  para  conseguirlo.  Pero  la


           consecución, como había sospechado y sabía ahora, era

           preminentemente  una  cuestión  de  ser;  y  serse  había

           convertido específicamente, cada vez más, en un asunto


           de no hacer. Y, a partir de las restricciones, una serie de

           fuerzas  subterráneas  y  poderosas  parecían  haberse

           vuelto locas en ella y, como resultado, amenazaban con


           corromper todo lo que ella deseaba realizar. En su trabajo

           en la hegemonía, en sus amistades ‐con Lawrence, con


           Prynn‐, la fuerza era la apatía, tangible e inexorable como

           una  cascada  de  hielo  estrellándose  ladera  abajo  en  el

           clímax  de  un  drama  del  hielo.  Luego,  cada  vez  que


           alcanzaba una situación incluso cercana a una en la que

           su  feminidad  estaba  en  juego,  todo  lo  que  había


           reprimido crecía y se hinchaba en un torrente tal que era

           incapaz de distinguir la desesperación del resentimiento,

           el deseo de la necesidad, y eso le hacía prorrumpir en




                                                             557
   553   554   555   556   557   558   559   560   561   562   563