Page 108 - Anatema - Neal Stephenson
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la Puerta de Día abriéndose antes o después de la puesta


          de sol.

            En un universo controlado por la lógica habitual, esos

          errores  se  habrían  producido  después  de  las  pequeñas


          discrepancias entre el planetario y los planetas. Pero en la

          lógica del sueño todo sucedió simultáneamente, así que

          me  preguntaba  qué  inquietaba  a  fra  Orolo  incluso


          mientras el planetario mostraba la fase errónea de la luna,

          lo  que  sucedía  al  mismo  tiempo  que  los  burgos

          atravesaban  la  Puerta  de  Día  a  medianoche.  Pero,  por


          alguna  razón,  ninguno  de  esos  errores  me  inquietaba

          como el sonido que llegaba del campanario: las campanas


          tañendo los toques inadecuados…

            Abrí  los  ojos  para  oír  el  toque  de  Apert.  O  eso

          elucubraban los otros fras de mi celda. No había forma de


          estar seguro a menos que prestase atención durante unos

          minutos.  El  campanario  podía  ejecutar  toques  fijos,  por


          ejemplo para marcar las horas. Pero, para anunciar autos

          y  otros  acontecimientos,  nuestro  equipo  de  tañedoras

          soltaba  el  mecanismo  y  ejecutaba  repiques  combinados.


          Esas  melodías  seguían  un  patrón  o  un  código  que  nos

          habían enseñado a reconocer, supuestamente para emitir

          mensajes  a  todo  el  concento  sin  que  los  habitantes  de


          extramuros supiesen lo que se decía.

            No es que Apert tuviese nada de secreto. Era el primer

          día  de  3690;  por  tanto,  con  la  salida  del  sol  no  sólo  se


          abriría la Puerta de Día, sino que también lo harían la de



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