Page 171 - Anatema - Neal Stephenson
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—Bien, para empezar, ¡mira todas esas cadenas! Todos
esos topes, las superficies de rodamiento, las uniones…
Cada una de esas cosas es un punto donde algo podría
romperse, desgastarse, ensuciarse, corroerse… ¿En qué
pensaban quienes lo diseñaron?
—Pensaban que siempre habría avotos de sobra para
mantenerlo —respondí—. Pero te comprendo. Algunos de
los otros Relojes Milenarios son como tú dices: están
diseñados para que puedan funcionar durante milenios
sin mantenimiento. Depende de lo que los diseñadores
pretendiesen.
Lo que le dio que pensar, así que durante un rato
subimos en silencio. Yo iba delante, ya que por encima de
cierto punto no había ruta directa. Tuvimos que caminar
cambiando de pasaje varias veces y por escaleras, cada
una colocada para dar acceso a un movimiento. Lo que a
Cord le parecía genial. Es más, pasó tanto tiempo
examinando el funcionamiento del reloj que yo me
impacienté, y pensé en la comida que estarían sirviendo
en el Refectorio. Luego recordé que estábamos en Apert y
que, si quería, podía salir extramuros y pedir la limosna
de un sándwich con queso. A Cord, acostumbrada a comer
cuando le apetecía, no le preocupaba en absoluto.
Cord contempló un complejo sistema de palancas.
—Se parecen a la pieza que he fabricado para Sammann
esta mañana.
Alcé las manos.
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