Page 169 - Anatema - Neal Stephenson
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—Bien, mira —dije—, una de las ideas erróneas que la
gente tiene sobre los cenobios es que se supone que están
herméticamente cerrados. Pero nunca se pretendió tal
cosa. Los casos por los que preguntas se resuelven con
disciplina. Nos mantenemos a distancia de los que no
pertenecen a nuestro cenobio. Cuando es necesario
permanecemos con la capucha puesta y en silencio para no
filtrar información. Si es absolutamente necesario que nos
comuniquemos con alguien de otro cenobio, lo hacemos a
través de los jerarcas. Y ellos están especialmente
entrenados para hablar con, digamos, un Milésimo, de
forma que ninguna información secular pase a su mente.
Es por eso que los jerarcas llevan esos trajes, esos
peinados… Literalmente no han cambiado en 3.700 años.
Sólo hablan una versión muy conservadora y antigua de
orto. Y también disponen de formas de comunicarse sin
palabras. Por tanto, por ejemplo, si fra Orolo desea
observar una estrella en concreto durante cinco noches
seguidas, le explica su plan al Primado, y si a éste le parece
razonable, le indica al Maestro de las Llaves que abra la
cancela esas noches pero cierre todas las demás. Todas se
ven desde los cenobios, así que los cosmógrafos
Milenarios pueden mirar su estado y saber si esa noche no
van a poder usar el astrohenge. Y también podemos usar
los laberintos entre cenobios para ciertas formas de
comunicación, como pasar objetos o personas. Pero no
podemos hacer nada para evitar que las aeronaves nos
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