Page 209 - Anatema - Neal Stephenson
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congregaron tras la Puerta de Año, la abrieron y salieron
en tropel a la plaza formando una cuña veloz, atravesando
las filas de los sorprendidos asaltantes, y llegaron a la
ciudad. Durante una hora saquearon la ciudad y los
depósitos de suministros de los asaltantes, haciendo
acopio de medicinas, vitaminas, munición y la cantidad
que pudieron conseguir de ciertas sustancias químicas y
de minerales que no se podían obtener dentro del
concento. Luego hicieron algo que desde el punto de vista
de los atacantes fue todavía más asombroso: en lugar de
salir corriendo, formaron otra cuña —a esas alturas mucho
más pequeña—, atravesaron luchando la plaza y entraron
por la puerta. No se pararon hasta no haber cruzado el
puente, que los explosivos destruyeron de inmediato.
Quinientos habían salido en tropel. Trescientos habían
regresado. De éstos, doscientos murieron allí mismo a
causa de las heridas sufridas durante la operación. Esa
cuña de granito era su túmulo. El material recogido lo
enviaron a los Milésimos. El resto del concento cayó al día
siguiente. Durante los siguientes setenta años los
Milésimos vivieron en su risco solos y sin ser molestados.
Aparte del nuestro, sólo otros dos cenobios milenarios en
todo el mundo habían superado intactos el Tercer Saqueo
sin ser saqueados. Aunque en muchos casos hubo tiempo
de que los avotos huyesen llevándose tantos libros como
fue posible para vivir en lugares remotos durante las
siguientes décadas.
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