Page 282 - Anatema - Neal Stephenson
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de la luz que incidía en la superficie de la tablilla. Dado
que estaba fuera, sin lentes ni espejos que organizasen la
luz, no podía formar imágenes de nada de lo que veía… ni
del desolado sol de invierno que recorría el cielo
meridional, ni de las altas nubes heladas del norte, ni de
mi cara.
Pero eso cambiaría pronto, y por tanto, en primer lugar,
me coloqué el paño sobre la cara y formé con él un largo
túnel oscuro. Si tal precaución acababa siendo necesaria —
es decir, si la tablilla alguna vez llegaba a manos de la
Guardiana Regulante— probablemente darían
igualmente conmigo. Pero ya que estaba dedicándome a
actividades no demasiado legales, me sentía obligado a
hacerlo todo bien.
Inserté la tablilla en la ranura, tras el Ojo, y la encajé, para
luego cerrar la tapita. Registraría todo lo que viese el Ojo
—empezando por la imagen distorsionada de mi espalda
cubierta de paño alejándose corriendo— hasta que se
llenase por completo, lo que en su configuración actual
llevaría un par de meses.
Luego tendría que volver para recuperarla… un pequeño
problema del que todavía no me había ocupado.
Mientras bajaba del Pináculo pensando en ello, algo
enorme, potente y rápido retumbó en el espacio vacío,
entre el risco milenario y yo. Me dio un susto de muerte.
Yo estaba a mil pies de distancia, pero fue como una
bofetada en la cara. Para seguir su movimiento sacrifiqué
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